tres decenios es un tiempo largo. es un tiempo corto. se trató de un transplante. un terminar con todo y empezar de nuevo. se trató de una fundación y de un nuevo arranque. quién hubiera podido pensar que al ordenar Luis García Meza mi apresamiento primero y luego mi destierro o extrañamiento de Bolivia hacia el exterior, estaba marcando para siempre la vida de toda la familia. mi esposa y los seis hijos los que a su vez formaron nuevos hogar y llegaron los nietos hoy son ya 9 de 4 de los 6 hijos en Suecia.